domingo, 5 de mayo de 2013

Cambiando creencias




A lo largo de estas semanas, hemos hablado del papel protagonista que juegan las creencias en nuestra vida y del modo en el que la guían. Por otra parte se ha justificado la importancia y legitimidad de ser los electores de nuestras propias creencias y se han destacado algunas de las más poderosas y recomendables para cualquier persona. Con esta base, es momento de enfocar nuestra atención al cómo, es decir, a la forma en la que podremos hacernos conscientes de las creencias que nos están perjudicando y cambiarlas por aquellas que consideramos que guiarán nuestra vida hacia el éxito.
Lo primero que se debe aclarar aquí, es que nuestras creencias están influenciadas por nuestro pasado y todos aquellos acontecimientos que nos han sucedido y nos siguen sucediendo día a día. Además cada uno de nosotros contamos con una genética diferente que nos confiere una base de personalidad única. La manera en la que somos y la forma propia que tenemos de enfocar el mundo harán que cada persona necesite trabajar más sobre unos aspectos que sobre otros, o quizá necesite adoptar un enfoque diferente a la hora de trabajar sus creencias. Con todo esto se quiere destacar que son muchos los factores que influyen sobre las creencias que nos forjamos. Lo ideal sería hacer un trabajo personalizado con cada individuo, y en este viaje hacia la mejora, gracias a la búsqueda de información y tu trabajo personal irás descubriendo aquellas piezas que te faltaban para conseguir cambios eficaces y duraderos. No obstante existen una serie de consejos y pautas generales realmente de mucha utilidad.

Comencemos con ello, pero antes dos aclaraciones iniciales:          

1º Por un lado tenemos instauradas muchas creencias absurdas y disfuncionales para nosotros las cuales sería conveniente eliminar, por el otro, creencias poderosas de las que sería muy conveniente adueñarse. Curiosamente el método más eficaz para eliminar una creencia es sustituirlas por otra incompatible con ella, por lo que podremos conseguir ambos objetivos en un solo proceso.

2º El pensamiento racional y consciente sobre nuestros pensamientos, emociones, actuaciones y finalmente sobre nuestras creencias es un arma de doble filo que engloba el problema principal por el que la mayoría de las personas no son capaces de producir cambios sustanciales. Un exagerado autoanálisis o un intento desmedido de control sobre nuestra propia persona pueden ser muy peligrosos. Debes diferenciar los momentos para trabajar sobre tus creencias y los momentos de relajación. Cuando trabajas obsesivamente por solucionar un problema, probablemente  esta obsesión se convierta en el principal de tus problemas.
Cambiando creencias (pasos):

Previo-Lo primero de todo y antes de comenzar cualquier cambio es muy recomendable que partas de un estado de paz contigo mismo, o dicho de otra forma debes eliminar los reproches y acepar que ciertas creencias están instaladas en ti fruto de tu pasado. Debemos aceptar que tenemos ciertas creencias, con las que actualmente no estamos de acuerdo, pero que aún así no están influyendo. No debemos culparnos por que aparezcan en forma de pensamientos ciertas ideas que nos desagradan o que simplemente no somos capaces de eliminar, debemos aceptar que son pensamientos derivados de nuestra mente condicionada por el pasado, y no culparnos o identificarnos con ellos.

1-Decide cuales será aquellas creencias positivas de las que te quieres proveer, pueden ser las del post creencias para el éxito, o aquellas otras con las que te sientas identificado y creas que te serán de mucha utilidad. Anótalas y tenlas muy presentes.


2-Durante estos días identificarás y anotarás aquellas creencias limitantes que están actuando en tu vida.

*En muchas ocasiones procesamos la información de manera poco racional. Son muchas las maneras en las que hacemos esto. Presta atención, por ejemplo, a las siguientes:

·         Operadores modales: “No debería estar aquí”, “No tengo fuerza de voluntad para…”, “No soy apto para…”, “No soy capaz de estudiar una carrera” “No puedo                           adelgazar”. ¿Por qué? ¿Qué pruebas o evidencias tienes de ello? ¿Qué cosas te hacen pensar eso?
·         Nominalizaciones: Los valores son creencias personales y constituyen por sí mismos nominalizaciones. “Por honor”, “La fidelidad es lo primero”, “La familia hace que yo saque lo mejor de mí mismo”, “Para ser alguien en la vida hay que estudiar mucho y ganar mucho dinero”. ¿Por qué haces cosas por conceptos? ¿Qué hay detrás de esa cortina?
·         Causa-efecto: “Si intento montar mi propio negocio, puedo fracasar”, “Si fracaso seré el hazmerreír de todos”, “Si muestro afecto por mis empleados, mis compañeros, mis hijos, se van a creer que soy débil y me tomarán el pelo”. ¿Por qué? ¿Qué te hace creer eso?
·         Cuantificadores universales: “Todos los políticos son unos sinvergüenzas”, “Siempre que voy de empiezo algo, no lo termino”, “Nunca tengo suerte con mis parejas”. ¿Por qué piensas eso? ¿Todos? ¿Siempre? ¿Nunca? ¿Ha habido excepciones en tu experiencia? ¿Ninguna? ¿Seguro?

Cualesquiera que sean los sentimientos e ideas estúpidas que logren penetrar en tu conciencia, ataca a unos y otras en sus propias raíces, examínelos profundamente.  El objetivo es llegar a la raíz de esa creencia y ver la base sobre la que se está sosteniendo. He aquí algunas preguntas más que nos podremos plantear para ayudarnos en este proceso:
-¿Por qué estoy pensando esto?
-¿Se basa la creencia en un hecho real o en una suposición o presuposición falsa?
 -¿Existe algún motivo racional que me haga mantener esa creencia?
-¿Estaré equivocado con respecto a esa creencia?
-¿Llegaría a la misma conclusión acerca de otra persona en una situación similar?
-¿Por qué debo continuar desempeñándome y sintiendo como si ello fuera verdad si no existe ningún buen motivo para creerlo?
Detente en ellas y piensa profundamente en las respuestas. Has de lograr entrar en un estado emocional de indignación al observar cómo te han estado limitando y probablemente engañado sobre tu forma de ver el mundo.

3-Aunque el paso dos por sí solo encierra un gran poder, tras darte cuenta de la absurdez de estas procederás a sustituirlas por aquellas que realmente te proporcionarán mayor libertad y competencia.
Comenzaremos aquí un proceso de entrenamiento en imaginación.
Preséntate a ti mismo cómo quisieras ser y con las creencias que deseas tener. Esto debe ir acompañado de un profundo sentimiento de deseo e identificación.
Insiste, y haz que persistan en tu mente. No trates de esforzarte ni de emplear la fuerza de voluntad. Aunque en un primer momento no te sintieras identificado con tus nuevas creencias, recuerda que el cerebro terminará por creerse todo lo que le presentes de manera repetida.
Imagínate a ti mismo viviendo aquellas situaciones de las cuales no te creías capaz, o actuando de cualquiera que sea la manera que la creencia antigua te decía que era imposible.
Además de esto añade argumentos que den realismo a tus creencias. Mantenlos en tu mente y disfruta de las nuevas oportunidades que te proporciona la vida gracias a abrir puertas que permanecían ocultas. Todo es real o no dependiendo de cómo se mire. Tus viejas creencias determinaban tu forma de ver el mundo, ahora imaginando tu nuevo mundo instalarás tus nuevas creencias.
-Para el entrenamiento en imaginación, es fundamental que esta sea lo más vivida y con detalles posibles. Para esto existen diversas técnicas que pueden servirte de ayuda como puede ser la PNL. Te aconsejo que busque información al respecto o que permanezcas atento a próximas entradas en las cuales se profundizará un poco más sobre ello.
           
 4-Actua en el terreno:
            -“Actuar como sí”, es decir, durante nuestro día a día comportarnos tal y como nos gustaría ser. No debemos centrarnos en las consecuencias ni en el proceso, simplemente comportarnos como queramos ser hasta que lo consigamos. Es un camino bidireccional: las creencias actúan sobre nuestra actuación y viceversa.

Ten en cuenta que muchas de tus creencias te han estado acompañando durante muchos años, sino durante toda tu vida. Por lo tanto habrá algunas creencias que te cueste eliminar o sustituir más que otras. Pese a todo puedes estar seguro de que si trabajas con rigor, llegas al trasfondo de tus creencias limitadoras y persistes para proveerte de unas más funcionales, conseguirás grandes avances y realmente merecerá la pena el tiempo invertido. Eso sí, de poco te servirán las técnicas aquí descritas si te limitas simplemente a leerlas. Aplícalas, ponlas a prueba, y comienza a creer en aquello que merece la pena creer.