domingo, 28 de julio de 2013

Objetivos definidos: estructura tus sueños



TEORIA S.M.A.R.T(Cómo establecer objetivos de manera inteligente): específicos, medibles, alcanzables, importantes para ti y con tiempos fijados.
La teoría S.M.A.R.T.( inteligente en inglés) es una teoría que recoge cinco de los conceptos más importantes que hay que tener en cuenta a la hora de establecer nuestros objetivos de manera estratégica y eficaz. La palabra S.M.A.R.T es un acrónimo formado por las letras iniciales de los siguientes términos:
Specific: Específico. Un objetivo ha de ser lo más concreto posible. Por ejemplo: no debes decir quiero ganar mucho dinero; por el contrario se podría especificar: quiero conseguir un sueldo de tres mil euros al mes como ingeniero técnico.
Measurable: Medible.//verificable Esto quiere decir que se pueda controlar el progreso. ¿Qué veras, sentirás oirás? ¿Qué te hará saber que lo has conseguido?
Achievable: Que se pueda alcanzar. Las metas han de suponer un reto, pero uno mismo tiene que estar convencido de que logrará llegar al final.
Relevant: Relevante. El objetivo ha de ser importante para ti.  
Time Framed: Acotado en el tiempo. Ha de haber un plazo para conseguir el objetivo y uno tiene planificar los pasos para terminar en ese tiempo.

 ¿Has escrito ya los objetivos generales de tu vida? Espero que la respuesta sea rápida y rotunda: sí. Pero si aún no lo has hecho, te recomiendo que le eches un vistazo a la entrada anterior sobre los objetivos y no dudes en ponerte a ello. Probablemente sea uno de los ejercicios que te reporte mayores beneficios a la larga en tu vida. Dicho esto, pasemos a la siguiente fase. Lo siguiente que debes hacer es comparar el guión que escribiste sobre tu objetivo con los apartados descritos por la teoría S.M.A.R.T
¿Es importante para ti tu objetivo?, ¿has decidido ya en que plazo de tiempo lo vas a conseguir?, ¿lo has escrito de forma específica? , ¿es medible? y ¿alcanzable?

Procede a establecer tus objetivos teniendo en cuenta estas sencillas pautas. A continuación algunos consejos extra:
Nunca olvides, tal y cómo  se indico en la entrada anterior sobre los objetivos, que es muy importante que escribas el enunciado de tus metas de manera positiva (enfocarte siempre en lo que quieres conseguir) y lo hagas de manera específica y delimitando los tiempo.
Otro concepto muy importante es determinar hasta qué punto es alcanzable tu propósito.
 Un objetivo ambicioso, puede resultar en ocasiones demasiado grande de abarcar, por ese motivo es muy importante la creación de submetas. Sería positivo, que las submetas también sean lo más motivadoras posible, pero aquí el punto más importante es que sean alcanzables. Establece submetas bien diferenciadas y el plazo en el que las alcanzarás. Establece a su vez los recursos que necesitarás para conseguirlas y la diferencia de éstos con los que actualmente dispones. ¿Que discrepancias hay entre tu estado actual y el estado deseado? ¿Que habilidades has de conseguir para igualarlos? Establece un plan de trabajo para conseguirlas, entrénate y adquiere las habilidades, conocimientos o ayudas necesarias para conseguir las submetas.

Otro aspecto importante a preveer es la manera en la que nos pueden afectar las demás personas a nuestros objetivos. En ocasiones los que más nos quieren son los que más pegas pueden poner a nuestro proceso de cambio por miedo a que fracasamos. Protégete de resistencias externas y prevé si necesitarás la colaboración de terceras personas y como conseguirlas. Un buen criterio a la hora de tomar decisiones, es procurar escoger aquellas en las que todo el mundo resulte beneficiado. El tiempo te mostrará cómo solamente dando se puede recibir.

Estructurando tus objetivos de la manera aquí indicada maximizaras tus opciones de éxito. Repite este proceso con otros objetivos que desees alcanzar en cuanto sientas que ha llegado el momento de dedicarte a ellos.



Y nunca olvides…:

* Premiarte y disfrutar de los avances cada vez que observes que vas por buen camino. Las personas que consiguen el éxito son aquellas que perseveran y no cambian de opinión fácilmente. Se fiel a tu plan y ten confianza en él pese a los posibles imprevistos que puedan surgir. No obstante es posible que debas hacer pequeñas adaptaciones, o adquirir nuevas habilidades o compromisos con los que no contabas. Lo más importante de este proceso es que te creas capaz de conseguirlo.  Una ve hecho esto si los persigues con ahínco ciñéndote al plan sabrás cuando ha llegado el momento de realizar algún cambio.

 *Que habrá momentos en los que tus energías decaigan. En los momentos de pesimismo recuerda que los fracasos son una parte indispensable para éxito. Se consciente de que has hecho algo que la mayoría de las personas ni siquiera se atreven a hacer: has salido de tu zona de confort. En ocasiones es posible que te aborden dudas, no te preocupes es normal. No las hagas mucho caso y céntrate en lo satisfecho que te encontrarás cuando consigas tu objetivo. Imagínate como serías tú si ya lo hubieras conseguido y disfrútalo. Los resultados irán llegando, no te obsesiones con ellos, disfruta del camino y céntrate en seguir tu plan. Te puede ser de utilidad recordar aquellos momentos en los que te sentías pleno de recursos y dedicar un rato a recrearte en tales situaciones. Recuerda: si una vez pudiste ahora también puedes, solo es cuestión de tiempo.


*Que sin objetivos, no hay meta hacia la que enfocarse. Sin meta hacia la que enfocarse nuestras energías se dividen y nuestros esfuerzos pierden efectividad. Fijarse metas por lo tanto, es fundamental. Pero aún más importante es no perder de vista el momento presente. Divertirse y disfrutar del camino marcado hacia nuestra meta es la mejor estrategia para conseguir cualquier objetivo.

domingo, 21 de julio de 2013

Objetivos generales: diseña tu realidad



Ha llegado la hora.
Hoy es el día en el que comenzarás a diseñar tu realidad de manera activa y éste es el momento de dar el primer paso. Pero antes de nada lo primero que has de saber es que un porcentaje muy elevado del éxito en este trayecto dependerá de la confianza que tengas en los proyectos que comiences y en ti mismo. Claro está, muy importante será también que selecciones objetivos que realmente sean motivadores para ti y que los estructures y persigas de forma estratégica, pero vamos a ir paso por paso.


Paso 0: Convéncete
Es posible que seas una persona pletórica de confianza en ti misma, la cual siempre ha tenido fe en conseguir el éxito y no se deja dominar por las dudas. Si es así enhorabuena, tú viaje será más llano y placentero y debes estar orgulloso de haberte mantenido seguro de ti mismo en una sociedad en la que las personas se encuentran dominadas y alienadas o en el mejor de los casos inmersos en la duda.
Pero también es posible que la seguridad en ti mismo se encuentre seriamente comprometida. En cualquier caso aumentar la confianza en uno mismo nunca esta de más y realmente es el primer paso para conseguir nuestros objetivos. Llegados a este punto has de saber lo siguiente: tu cerebro inconsciente aceptará como cierta cualquier idea o mensaje que le envíes de forma repetida y emocionalizada. Estos dos aspectos son importantes, pero ¿a qué se refiere el termino emocionalizada? Este término hace alusión a que deberás utilizar la emoción como potenciador. Debes entrar en un estado en el que creas firmemente lo que te estás diciendo, debes sentirlo como parte de ti.
A tu cerebro le es indiferente si el mensaje que le envías es un mensaje positivo o negativo para ti. Es lo mismo si te pasas el día diciéndote que eres un fracasado o por el contrario te dices a ti mismo que eres un triunfador. Sea como sea en ambos casos tu cerebro terminará por creérselo. De aquí se desprende el paso cero para la consecución de tus objetivos: cada vez que te invadan pensamientos de duda, debes sustituirlos por  pensamientos de capacidad. Hazte consciente de que tienes el poder para decidir el contenido que ocupa tu mente y que esos pensamientos diarios son los que a la larga te harán ser quien eres. Te recomiendo además que dediques diez minutos diarios a trabajar en el incremento de la confianza en ti mismo. Puedes utilizar frases positivas, o recordar momentos en los que te encontrabas pleno de recursos. Recréate en tus virtudes.

 Paso1: Selecciona tus objetivos
Comienza a escribir un inventario de tus sueños. Han de ser ambiciosos y  relevantes para ti. Recuerda que éste es un momento que te reservas para soñar, aquí no hay límites, tienes que descubrir lo que realmente te apasiona. Una buena manera de hacerlo es imaginarte como te gustaría que fuera tu vida si no hubiera nada ni nadie que te lo impidiera, diviértete y disfruta.
Una vez hecho esto valora cuan importante sería para ti conseguir cada uno de tus objetivos ya que probablemente la mayor parte de ellos sean posibles de alcanzar, pero para lograrlo deberás adquirir un compromiso contigo mismo. Deberás valorar hasta que punto estas dispuesto a entregarte para alcanzarlos.
Selecciona un objetivo vital, aquel que ha resultado vencedor al balance deseo-dedicación. Aquel objetivo que deseas absolutamente y que perseguirás con ahínco. Puede ser una cantidad de dinero o tu trabajo ideal, esto será elección tuya.

Paso 2: Plasma el objetivo
Haz un enunciado claro que integre tu objetivo. En próximas entradas hablaremos de aquellos aspectos claves que se han de tener en cuenta a la hora de estructurar tu objetivo, pero lo que pretendemos por el momento es algo muy concreto: que te des cuenta de lo que realmente quieres y que convenzas a tu inconsciente de que realmente puedes conseguirlo. Por el momento es suficiente para hacer tu enunciado con que este integre: tu objetivo escrito de manera afirmativa (habla de lo que quieres, no de lo que quieres evitar),  que incluya el marco temporal en el que te propones conseguirlo y que especifiques lo que te propones dar a cambio para lograrlo.

 A partir de hoy leerás dos veces al día este enunciado (mañana y noche), emocionándolo y sintiéndolo como propio. Mientras lees el enunciado deberás sentirte e imaginarte a ti mismo como si ya lo hubieras conseguido. A partir de ahora comenzarás a actuar acorde a la persona que serías si ya lo hubieras conseguido.

Estas indicaciones (para las personas que no estén muy relacionadas con el poder de la sugestión), pueden resultar un tanto abstractas. La información recopilada en esta entrada gira alrededor de dos conceptos claves: el deseo y la fe. El propósito es que descubras que es lo que realmente quieres conseguir, aquello por lo que valdría la pena invertir tu tiempo o incluso tu vida. Por otra parte y una vez hecho esto se pretende que te convenzas que no hay objetivos grandes, si uno esta convencido de poder  lograrlos y adquiere el compromiso de perseguirlos con dedicación. El hecho de que selecciones un objetivo altamente motivador hará que te resulte menos difícil(o incluso gratificante) el camino que vayas andando para su consecución.


Si has dedicado un tiempo a estos sencillos pero importantísimos pasos, por fin habrás descubierto aquello hacia lo que quieres enfocar tu vida y habrás comenzado el proceso para aumentar la confianza en ti mismo y en tu proyecto. Tu cerebro esta empezando a creérselo y esto se plasmará en forma de resultados. Has visto la meta, y has dado forma a aquello que te motivará para seguir avanzado. El siguiente paso será enfocar la mirada en el camino, en las submetas y en los obstáculos que nos podremos encontrar. Por lo tanto, en la próxima entrada continuaremos investigando los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de plasmar tus objetivos de una forma más específica. Toda ayuda será muy positiva, pero no olvides de poner lo aprendido en práctica, porque solo tú puedes poner en marcha este viaje.

martes, 16 de julio de 2013

La motivación




                   
                               "La Causa del Movimiento"
La definición más extendida de motivación es aquella que la concibe como un proceso que activa, dirige y mantiene una conducta orientada a un objetivo. Este concepto deriva del Latín Motivus, que significa “Causa del movimiento”.

Nuestra motivación se alimenta de reforzadores. Hay veces que éstos vienen de fuera (reforzadores externos) y otras que vienen de dentro (reforzadores internos), aunque en la mayoría de los casos trabajan conjuntamente unos con otros. Cuando una persona se siente orgullosa de su actuación y siente satisfacción por el mero hecho de practicar una conducta, diremos que cuenta con reforzadores internos para mantenerla. Por el contrario, cuando una persona sabe que ejecutando una conducta se está aproximando a un resultado que desea alcanzar, los reforzadores serán externos a la persona.

Por ejemplo, hay muchas personas cuya única motivación para levantarse todos los días de la cama e ir a trabajar es la nomina mensual que les ayuda a pagar sus facturas. Sin embargo, hay otro tipo de persona que siente gratificación con la labor que hace día a día y está profundamente implicada en la misma. Los reforzadores intrínsecos suelen ser mucho más eficaces que los extrínsecos, aunque lo ideal es utilizarlos de manera conjunta. Hay que señalar que para que un reforzador externo sea eficaz debe ser interpretado por el sujeto como una recompensa por su esfuerzo y no como una manera de mantener su conducta en el tiempo. También es necesario saber que lo ideal es presentar los reforzadores externos de manera intermitente, de manera que la ejecución de la conducta por parte del sujeto no esté atada a la continua presentación de recompensas.

Pero, ¿Cuál es la fórmula para aumentar mi motivación hacia una tarea concreta? Para responder a esta pregunta examinaremos por separado la motivación intrínseca (reforzadores internos) y la motivación extrínseca (reforzadores externos)

En primer lugar hablaremos de la motivación intrínseca. Piensa en aquellas actividades que realizas en tus momentos de distensión. Piensa en aquellas conductas que llevas a cabo por iniciativa propia en tus ratos libres y que no están orientadas hacia un objetivo futuro, sino hacia un disfrute presente. Estas actividades están impulsadas por una motivación intrínseca y el mero hecho de practicarlas te produce bienestar. Este tipo de motivación acoge en su seno las actividades más dispares imaginables según el individuo en cuestión. De este modo, habrá personas que sientan bienestar por el mero hecho de escuchar música, por jugar a videojuegos, por quedar con los amigos, por practicar deportes de riesgo, por leer, por escribir, por dormir, por comer o, incluso, por recoger o limpiar.

                                              
El por todos conocido Maslow, creó una pirámide que refleja la jerarquía de las necesidades humanas y nos ayuda a comprender hacia qué tipo de conductas solemos tener una motivación intrínseca. Según la teoría de este psicólogo, a medida que vamos cubriendo las necesidades más básicas (las que se sitúan en la parte inferior de la pirámide) empezamos a orientarnos hacia necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide). Los 4 niveles más básicos de la pirámide vendrían a representar las necesidades imprescindibles para el óptimo desarrollo del individuo, mientras que la autorrealización vendría a ser la necesidad psicológica más elevada del ser humano, aquella que confiere sentido a la vida de la persona, vinculándola con una actividad. Solo se puede alcanzar la cima de la pirámide si antes se han cubierto las 4 dimensiones anteriores, al menos hasta cierto punto.

De este modo, jamás podremos aspirar a realizarnos como persona si tenemos un problema de afecto, problemas de sueño o vivimos en un ambiente tremendamente inestable. Sin embargo, nuestra motivación intrínseca estará orientada hacia la satisfacción de los 5 niveles, de modo que contaremos con una gran herramienta para enfrentarnos a nuestras carencias. ¿Qué pasaría si además combinamos esta motivación con la extrínseca?

La motivación extrínseca no se alimenta de reforzadores internos como la intrínseca, sino que requiere de refuerzos externos para expresarse. Las más de las veces, este tipo de motivación se orienta hacia la satisfacción de necesidades socialmente creadas. Pensemos en aquel niño que da demasiada importancia a los bienes materiales y estudia para un examen pensando en el regalo que le darán sus padres por aprobar. De la misma manera, podemos ver cada año miles de jóvenes que, a falta de un interés intrínseco por un tema concreto, se meten a estudiar  aquellas carreras que más ingresos les reportarán en el futuro.  Se puede observar cómo, a falta de satisfacción por la realización de la tarea en sí misma, son las recompensas del exterior las que proporcionan la fuerza para continuar adelante.

Pero, ¿Por qué no unir ambas motivaciones? En primer lugar señalaré la importancia que tiene librarse de aquellas necesidades socialmente creadas. La excesiva importancia que la sociedad capitalista otorga a la imagen, a las posesiones, a la fama y a multitud de factores que no generan felicidad es dañina para el individuo. Es importante que pongas en orden tus valores y prioridades antes de decidir cuáles van a ser tus objetivos en la vida.

 Sin embargo, retomando el tema de las necesidades, todos comprendemos la relevancia objetiva que tiene para nuestra supervivencia tener un trabajo, una seguridad económica,  una red de relaciones afectivas sanas y cierto éxito en aquello que hacemos. De este modo, nuestro objetivo es construir nuestra propia realidad: tenemos que luchar por encontrar aquellas cosas en la vida que disfrutamos haciendo y orientarlas hacia la consecución de nuestras necesidades extrínsecas. Por ejemplo, tenemos que buscar un empleo que nos resulte fascinante (M.I.) y que nos asegure una fuente de recursos (M.E.), tenemos que comer cuando estamos ambrientos (M.I.) pero procurando alimentarnos bien para mantener nuestra salud, etc...

En definitiva, nuestro deber no es otro que el de combinar los más acertadamente posible nuestras motivaciones intrínsecas con las extrínsecas, de manera que actúen sinérgicamente. Solo de esta manera conseguiremos mantener encendida esa llama que nos impulsa hacia nuestras metas manteniendo siempre la alegría y la fuerza para seguir adelante en este proceso que es la vida.






martes, 9 de julio de 2013

Serie los objetivos: ¿te atreves a soñar?




Uno de los objetivos principales de este blog es el de proporcionarte las herramientas necesarias para que atraigas el éxito a tu vida, desarrollando confianza en ti mismo y aprendiendo a gestionar los recursos que están a tu disposición. Sin duda, todos estos aspectos son asuntos claves para el desarrollo personal, pero de poco servirán si no se enfocan en la dirección adecuada. Imaginemos por un segundo un coche, el mejor coche jamás creado, un vehículo capaz de ponerse de 0 a 100 en medio segundo, el cual está pilotado por el mejor piloto de todos los tiempos. Disponer del mejor coche está muy bien, pero de poco servirán sus ventajas si no se sabe donde se encuentra la meta, el camino que hay que recorrer para alcanzarla y los obstáculos que nos encontraremos.

El deseo ardiente por conseguir nuestros objetivos y la fe incondicional en alcanzarlos, serán la gasolina de nuestro vehículo, una gran confianza en ti mismo te permitirá desarrollar tu mayor potencial, contando por lo tanto con el mejor vehículo posible y  las herramientas que vayas adquiriendo por el camino para tu mejora personal potenciarán tus habilidades como piloto. Ha llegado la hora de sacar partido a todo este potencial, ha llegado la hora de establecer tu meta.

Probablemente algunas personas, con un enfoque de la vida pesimista o simplemente cansadas de cosechar fracasos, pensarán que eso de soñar y marcarse objetivos ambiciosos suena muy bonito, pero que conseguirlos es una opción poco real. Día a día vamos cosechando resultados y en muchas ocasiones no son tan positivos como nos gustaría. En otras tantas ocasiones, simplemente ni siquiera nos atrevemos a enfrentarnos a situaciones nuevas y pensamos que más vale malo conocido que bueno por conocer. Por naturaleza a la mayoría de las personas les da miedo salir de su zona de confort. http://www.youtube.com/watch?v=i07qz_6Mk7g   (Muy interesante)

Es lógico que si has cosechado resultados negativos en tu vida, tengas miedo o recelo a salir de tu zona de confort. Pero probablemente hasta el día de hoy no has tenido las herramientas necesarias para enfrentarte a las situaciones y los obstáculos que se interponían entre tus objetivos y tú. A lo largo de esta serie de escritos trabajaremos sobre este aspecto fundamental para cosechar éxito en nuestros propósitos, como es el establecimiento de objetivos. También te serán de mucha ayuda el resto de habilidades que irás desarrollando, gracias a la información proporcionada por el resto de entradas de este blog.
Por el momento he aquí dos nueva creencias para el éxito que debes adoptar y hacer tuyas profundamente:
1-“Lo desconocido” está formado por aquellas oportunidades para tu desarrollo personal de las que aún no te has provisto
2- El cambio es posible si cuentas con las herramientas adecuadas.


En los próximos días procederemos a analizar, la mejor manera de plasmar tus objetivos. Pero este proceso hacia el éxito comienza aquí con, probablemente, la parte  más importante: descubrir tus sueños e identificar tus objetivos. Durante estos días simplemente permítete soñar y comienza a reflexionar sobre lo que realmente quieres conseguir en la vida. No establezcas limitaciones y piensa que harías, tendrías o serías si no tuvieras ningún tipo de impedimento para conseguirlo. Disfruta mientras te permites soñar y tomate tu tiempo para hacerlo, porque esta será la base sobre la que trabajaremos en los próximos días.

domingo, 7 de julio de 2013

El sentido de la vida




Tendemos a pensar que la vida humana es algo valioso, único y sagrado. Queremos creer que la vida tiene algún sentido, que no estamos aquí por mero azar, que somos especiales. Pero no hay nada más alejado de la tangible realidad. Es absurdo pensar que eres distinto de cualquier otro animal.

Nuestra vida, como la de todo ser vivo, es algo fortuito, azaroso y que por nada del mundo puede tener un propósito más allá de la transmisión de genes. Somos máquinas diseñadas para transmitir descendencia. Así es como funciona la vida, los genes. Toda forma de vida busca sobrevivir para reproducirse. Es fácil de entender teniendo en cuenta que hace miles de años, solo los genes que tenían como prioridad la reproducción se proyectaron a generaciones futuras y aquellos menos eficaces en este aspecto acabaron por extinguirse.

El ser humano es una de las máquinas más complejas que la evolución ha concebido, así que es evidente que llevamos más que impreso este objetivo en nuestros genes. Sin embargo, irónicamente, somos el único animal que puede decidir no reproducirse y orientar su vida a otras metas.

¿En qué lugar nos deja esto? ¿Es acaso la vida del ser humano la única que carece de un sentido simple y concreto?

Es precisamente esta carencia de sentido la que más estimulante hace la vida. Si estuviéramos atados a tener que transmitir descendencia, a tener que ganar dinero, a tener que comprar bienes materiales, a tener que triunfar y a multitud de otras obligaciones que muchas personas se autoimponen en sus vidas, jamás podríamos ser libres.

Cómo dijo Machado: “Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar. Y es que la ausencia de sentido de nuestras vidas es la que nos posibilita ser creativos, inventar nuestro futuro, crear nuestra propia personalidad y, en definitiva, la que nos permite ser los verdaderos protagonistas de nuestro proceso vital.

Es tu obligación detectar en ti mismo todas aquellas autoimposiciones que se han convertido en propias pero que en realidad no te pertenecen.  Piensa quién quieres ser y empieza a esforzarte de todos los modos posibles por conseguir serlo. Al fin y al cabo, no se puede hablar de esfuerzo cuando lo que se persigue es anhelado con ahínco.

Debes pensar en ti como en el actor principal de tu mayor obra, tú vida, qué quizás no tenga un sentido preestablecido, coherente o ambicioso, pero  todo eso da igual si el proceso es gratificante.