El Asesoramiento Psicológico (Counselling) consiste en una relación de ayuda entre un profesional (consultor) y un cliente; relación en la que se persigue solucionar un problema que resulta difícil de resolver para el usuario.
No se limita a la transmisión de estrategias de acción sino que se trata de un acompañamiento que facilita al cliente la comprensión de su entorno y conlleva un aumento del autocontrol. De este modo, se fortalece el desarrollo y crecimiento personal del individuo y se optimiza la toma de decisiones.
Lo supuestos que sostienen este modelo son los siguientes:
1- Todo individuo es responsable de sus acciones desde el momento en que es libre de tomar sus propias decisiones.
2-Estamos determinados por nuestra genética, personalidad, ambiente y pasado. A pesar de esto, podemos llegar a controlar nuestra vida en un grado mucho mayor de lo que sospechamos.
3- Toda conducta tiene siempre un por qué. Siempre tratamos de escalar más alto en la pirámide de Maslow, empezando por la satisfacción de las necesidades de supervivencia y terminando en las de realización personal.
4- El afecto es un reforzador muy importante en la vida de las personas. Todo necesitamos sentirnos queridos, admirados, respetados…
5-Todos perseguimos una congruencia sólida entre lo que somos y lo que creemos ser. Cuando una persona se hace consciente de una incoherencia entre su autoconcepto y su verdadero yo, surge lo que denominamos disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva podría asemejarse en su funcionamiento a cualquier dolor somático. De este modo, si te rompes un hueso tus nervios te avisan de ello a través del dolor; algo similar ocurriría cuando se rompe el yo.
6- La adquisición (proceso a través del cual se crea un comportamiento) o extinción (proceso a través del cual desaparece un comportamiento) de las conductas está atada a las consecuencias de éstas, a su repercusión ambiental. En la medida en que una conducta nos traiga beneficios, tenderemos a repetirla y ,del mismo modo, dejaremos de ejecutar conductas que nos reporten perjuicios.
7- Todo comportamiento humano tiene tres maneras de expresarse, es decir, 3 sistemas de respuesta.: Por un lado tenemos el sistema fisiológico (conjunto de expresiones físicas involuntarias) que comprende respuestas como temblor, presión arterial, conductancia de la piel, sudoración, respiración y otras muchas; más allá, tenemos el sistema cognitivo (conjunto de pensamientos y emociones) que se expresa, por ejemplo, con respuestas de miedo, alegría, pensamientos recurrentes y cualquier otro tipo de respuesta cognoscitiva; por último, tenemos el sistema conductual de respuesta, que simplemente se refiere a las conductas que llevamos a cabo. En todo momento nos estamos expresando a estos 3 niveles, configurándolos en diferentes combinaciones en función de la situación.
Cuando existe alguna incoherencia o problema con alguno de los 3 sistemas de respuesta, ésta tendrá una etiología que nos interesará más o menos conocer en función del problema en cuestión. En cualquier caso, partimos de que cualquier persona puede tener en el presente las herramientas para hacerles frente y seguir adelante, solo hay que mostrárselas.
Más
allá, trabajamos con técnicas y estrategia, pero lo más importante sigue siendo
la empatía en la relación entre cliente y consultor. Se deben transmitir una
serie de herramientas (técnicas y estrategias) para que sea capaz de aplicarlas
de manera oportuna en el momento acertado y de manera independiente. Sin
embargo, el proceso será mucho más dificultoso si no se establece una relación
cálida y cómoda con el cliente.
Otra labor del consultor es la de codificar los mensajes del cliente. Éste nos estará enviando continuamente mensajes con contenidos tanto verbales como no verbales. Normalmente ambos cuentan correlatos que apuntan en una misma dirección (por ejemplo, si cuenta algo triste, tendrá un lenguaje corporal que exprese tristeza y abatimiento), pero a veces aparecen incongruencias entre uno y otro a raíz, generalmente, de un dilema interno. Del mismo modo, el consultor deberá a aprender a comunicarse de manera que su lenguaje no verbal potencie el mensaje que trata de enviar con palabras.
Por último, se debe de tener presente la multiplicidad de prejuicios, creencias y expectativas erróneas que dominan las vidas de los individuos. Un profesional competente no puede proyectar sus inseguridades o valores sobre el cliente e inducirlo a llevar a cabo acciones en función de éstos. Imaginemos que pasaría si un católico radical atendiera a una estudiante embarazada que quiere abortar. De este modo, es importante que el consultor haya hecho una labor de exploración personal con el propósito de reconocer sus creencias personales y ser capaz de desvincularlas del ámbito profesional, tratando siempre de tomar las decisiones en función del bienestar del cliente.
En la misma línea, es igualmente importante que se facilite al cliente el reconocimiento de sus propios prejuicios, creencias, temores, valores y expectativas, de manera que pueda elegir deshacerse de aquellos que dificulten su día a día y que, probablemente, sean el motivo principal de consulta.
Otra labor del consultor es la de codificar los mensajes del cliente. Éste nos estará enviando continuamente mensajes con contenidos tanto verbales como no verbales. Normalmente ambos cuentan correlatos que apuntan en una misma dirección (por ejemplo, si cuenta algo triste, tendrá un lenguaje corporal que exprese tristeza y abatimiento), pero a veces aparecen incongruencias entre uno y otro a raíz, generalmente, de un dilema interno. Del mismo modo, el consultor deberá a aprender a comunicarse de manera que su lenguaje no verbal potencie el mensaje que trata de enviar con palabras.
Por último, se debe de tener presente la multiplicidad de prejuicios, creencias y expectativas erróneas que dominan las vidas de los individuos. Un profesional competente no puede proyectar sus inseguridades o valores sobre el cliente e inducirlo a llevar a cabo acciones en función de éstos. Imaginemos que pasaría si un católico radical atendiera a una estudiante embarazada que quiere abortar. De este modo, es importante que el consultor haya hecho una labor de exploración personal con el propósito de reconocer sus creencias personales y ser capaz de desvincularlas del ámbito profesional, tratando siempre de tomar las decisiones en función del bienestar del cliente.
En la misma línea, es igualmente importante que se facilite al cliente el reconocimiento de sus propios prejuicios, creencias, temores, valores y expectativas, de manera que pueda elegir deshacerse de aquellos que dificulten su día a día y que, probablemente, sean el motivo principal de consulta.
En resumen, esta manera de enfocar la labor de los psicólogos resulta innovadora en la medida en que, al fin, se deja de ver a la psicología como una herramienta reservada para la gente con problemas serios y se empiezan a descubrir sus usos en la vida cotidiana. De una vez por todas se convierte en una herramienta para el adecuado desarrollo y crecimiento personal y deja de ser una ciencia que restringe su campo de actuación a las psicopatologías. Brindemos por esta expansión.