lunes, 26 de agosto de 2013

Si no has fallado, no has vivido.



¿Sabrías identificar qué tienen Michael Jordan, Thomas Edison, Walt Disney y Abraham Lincoln en común?
No es difícil apreciar que todos ellos son grandes referentes de la historia en sus respectivos campos. Efectivamente todos ellos destacaron y recogieron grandes éxitos.
Pero más allá de sus éxitos, lo que estos grandes iconos de la historia comparten sin lugar a duda son sus “fracasos”. Ninguno de ellos fue la excepción que consiguió triunfar sin antes saborear la derrota. Todos conocieron el fracaso y pagaron el peaje de escuchar críticas y voces “autorizadas” que les aseguraban que no podrían cumplir sus sueños. Sin embargo, todos ellos tenían una ilusión, fe en sus posibilidades y determinación para sobreponerse a las dificultades. Ninguno de ellos se paró a compadecerse.

Quizá te encuentres atravesando un mal momento o simplemente no consigas obtener resultados pese a tus esfuerzos. No te preocupes, los cambios llevan su tiempo.
Si ya te has planteado tus metas y estás utilizando las estrategias adecuadas, con el tiempo los resultados irán llegando. Es momento de renovar tu ilusión, centrarte en tus objetivos y hacerte consciente de que por lejos que pueda parecer que te encuentras, cada paso te acerca a la meta. Fracasar no sólo es necesario, sino que es incluso conveniente. Cada descubrimiento que te regale la experiencia te hará más sabio y cada dificultad que superes más fuerte. Obviamente el fracaso no es el objetivo, pero el fracaso bien dirigido es una de las mejores herramientas para la mejora y el cambio.

Persigue el éxito aprendiendo del fracaso. Ha llegado la hora de pensar como los grandes:

Toda persona debe decidir una vez en su vida si se lanza a triunfar, arriesgándolo todo, o si se sienta a ver el paso de los triunfadores.

Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito.

Que algo no funcione como tú esperabas no quiere decir que sea inútil.

Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo.

                                                                                                      
Thomas Alva Edison

domingo, 25 de agosto de 2013

Serie TCM: Condicionamiento Operante




El condicionamiento operante se basa en el desarrollo o eliminación progresivos de distintas conductas en función de sus consecuencias para nosotros. Este aprendizaje se basa en el principio de que la probabilidad de reproducir una conducta asciende si esta nos reporta resultados positivos (también llamados reforzadores) y desciende si acarrea consecuencias negativas (el castigo).

¿Cómo crees que se enseña a los loros a andar en bici (http://www.youtube.com/watch?v=p94sJkkNFMA), a las focas a hacer equilibrios con un balón, a los perros a detectar drogas o a los delfines a hacer saltos acrobáticos a través de aros en llamas? Has adivinado, es a partir del condicionamiento operante. Si, por ejemplo, quisiéramos amaestrar a un pájaro para que salga volando de su jaula hacia nuestro brazo y se pose en él, lo primero que tendremos que reforzar (premiar) es el hecho de que salga de la jaula. Cuando ya haya asociado salir de la jaula a la obtención de un premio, solo tenemos que pedirle un poco más; a partir de ahora solo le premiaremos cuando salga de la jaula y se acerque a nosotros, y así progresivamente. Lo que estamos haciendo es crear conductas que se asemejan cada vez más a la conducta objetivo mediante el reforzamiento de las mismas.

Pero hasta ahora solo hemos hablado de crear conductas a base del refuerzo obtenido a partir de estas. También se pueden eliminar comportamientos mediante estos procedimientos. De esta manera, si queremos dejar de despertarnos tarde los fines de semana, lo mejor será que empecemos reforzando con premios el hecho de levantarnos una hora antes de lo que anteriormente solíamos y, paulatinamente, iremos levantándonos más temprano para obtener el mismo premio (que no obtendremos si nos levantamos a la hora de siempre). Poco a poco nos costará menos levantarnos pronto por la mañana y, con el tiempo, se convertirá en un hábito. Será entonces cuando nos resulte más complicado levantarnos tarde que seguir haciéndolo temprano. Otra manera de dejar de levantarnos tarde sería el administrar consecuencias negativas (hablamos del castigo más detalladamente a continuación) cada vez que nos levantemos demasiado tarde. Podríamos, por ejemplo, darnos una ducha de agua helada cada vez que sobrepasemos la hora acordada, de tal modo que intentaremos evitar la ducha levantándonos a la hora adecuada.

Cabe señalar que hay dos tipos de reforzadores. 
El refuerzo positivo consiste en proporcionar un elemento que tiene un valor positivo para el sujeto a cambio de una conducta determinada. Por ejemplo, comprarle un Ipod al niño por sus buenas notas.
El refuerzo negativo funciona a través de la retirada de un elemento que tiene un valor negativo para el sujeto a cambio de la conducta que nos interese crear.  Dentro del refuerzo negativo tenemos dos tipos de condicionamiento:
·         De evitación: Llevas a cabo una conducta para evitar unas consecuencias negativas futuras. Por ejemplo, estudiar una carrera para no tener problemas económicos en la edad adulta.

·         De huida: Llevas a cabo una conducta para acabar con unas consecuencias negativas que acontecen en el presente. Por ejemplo, empezar a realizar ejercicio físico para mejorar nuestra imagen corporal.


Para crear y eliminar conductas contamos con otra herramienta: el castigo. Sin embargo, es una herramienta increíblemente delicada. El castigo puede hacer que la desaparición o la aparición de una conducta no sea definitiva y se restrinja a las ocasiones en que el sujeto piensa que puede aparecer el castigo (por ejemplo, cuando me están vigilando). Además puede generar efectos secundarios como la ira, impotencia, frustración… que afectan negativamente a la adquisición de aprendizajes y, por tanto, impiden al sujeto interiorizar adecuadamente el cambio que queremos producir en él. Para que un castigo sea efectivo debe ir acompañado de un reforzamiento de conductas alternativas, contingencia entre conducta a eliminar y castigo (es decir, que el castigo siga inmediatamente a la conducta a eliminar y que se produzca cada vez que el comportamiento se dé, no de manera intermitente) y, en el caso de los humanos, debe ir acompañado de una asertiva explicación sobre porque es importante dejar de ejecutar o comenzar a practicar la conducta en cuestión.

La esencia de esta corriente reside en la idea de que el conjunto de conductas que cualquier ser vivo lleva a cabo en su día a día no es más que el producto de las consecuencias que estas conductas le han reportado en experiencias anteriores. Pero el castigo y la recompensa son las técnicas más básicas del condicionamiento operante. Pronto empezaremos a descubriros tanto las diferentes técnicas que se han derivado de este enfoque como sus diferentes aplicaciones en la vida cotidiana. Una vez más, estás a punto de obtener una gran herramienta para llevar a cabo los cambios que consideres necesarios en tu vida; aprovéchala!

domingo, 18 de agosto de 2013

Energía: la primera fuente del bienestar


A lo largo de este viaje que hemos emprendido desde Psiquespace hacia la mejora personal, hemos ido descubriendo la importancia que tiene definir nuestros objetivos y trabajar sobre nuestras creencias y conductas. Además nos hemos comprometido en proporcionarte las mejores pautas y estrategias para que puedas superar tus limitaciones y transformar tu forma de ver el mundo.

Hoy vamos a tratar uno de los requisitos fundamentales para que todo este trabajo que estamos haciendo se pueda materializar. Vamos a hablar sobre LA ENERGÍA.

Por mucho que cambies tus representaciones internas, con un organismo contaminado, tu cerebro no podrá tener un buen funcionamiento. Todo el sistema está perjudicado. Ciertamente ni siquiera será probable que tengas muchas ganas de poner en práctica lo aprendido. Sin un buen combustible los vehículos tarde o temprano acaban estropeándose o lo que es peor, apagándose. Sin lugar a dudas a nosotros nos sucede exactamente lo mismo con nuestra energía.

Nos referimos con energía a aquello que utiliza el cuerpo para realizar todas sus funciones vitales. Nuestra principal fuente de energía son los alimentos, por lo que como no podía ser de otra forma, indagaremos brevemente sobre las pautas más importantes en alimentación. Pero no solamente basta con obtener energía sino que debemos prestar una especial atención al modo en el que la  canalizamos. Analizaremos la importancia del ejercicio diario y observaremos también la importancia de conocer y respetar los propios ritmos por los que se rige el cuerpo humano, es decir, los ritmos circadianos. Por último trataremos una de las necesidades de nuestro organismo que más beneficios nos puede aportar, y sin embargo, también una de las más ignoradas: mantener una respiración adecuada.

1-Alimentación:

Hoy en día se están llevando a cabo diversos estudios para investigar la  respuesta clínica a nutrientes específicos de cada paciente y parece ser que en un futuro la dieta genética (personalizada) será una realidad. Por el momento sería aconsejable que si llevas tiempo sin hacerlo, te realices unos análisis para observar el estado bioquímica general de tu cuerpo, ya que por ejemplo una carencia de vitaminas o minerales pueden ser los causantes de una sensación continua de fatiga muy limitante. 
En cuanto a la alimentación más adecuada, no hace falta que te diga la importancia de reducir el consumo de azúcar y sal, y por supuesto abandonar el consumo de drogas como el alcohol o el tabaco los cuales no hacen otra cosa que contaminar al máximo nuestro organismo. Si quieres un punto de partida, los estudios científicos más recientes dan toda la razón a los partidarios de la dieta llamada ‘mediterránea’. 
El aporte energético que debes consumir dependerá de tus propias condiciones (edad, sexo, genética) y de tu actividad deportiva, pero no es recomendable comer hasta el empacho. Por otro lado, si padeces de mal despertar quizá sea debido, en parte, a que cenas en exceso. Así que ya sabes 5 comidas diarias y no excesivas.


2-Ejercicio diario:

· Ayuda a combatir la ansiedad, la depresión y el estrés mental
· Aumenta la resistencia a la fatiga e incrementa la capacidad para el trabajo físico y mental
· Mejora la capacidad para conciliar el sueño

Además de todo esto, estudios recientes indican que la actividad física es incompatible con estados emocionales negativos, es decir, que mientras uno está practicando deporte le será muy complicado conseguir sentirse deprimido, o angustiado por ejemplo.

· Aumenta la sensación de bienestar y disminuye el estrés mental. Se produce liberación de endorfinas,      sustancias del propio organismo con estructura química similar a morfina, que favorecen el " sentirse bien"    después del ejercicio (sin, por supuesto, los efectos malos de la droga).
· Disminuye el grado de agresividad, ira, ansiedad, angustia y depresión.
· Disminuye la sensación de fatiga.

Por no hablar de los beneficios que produce a nivel muscular, circulatorio, de corazón, de peso, etc.


Así que no dudes en buscar aquel deporte que te apasione y comenzar a practicarlo con asiduidad ya que quizá no exista mejor medicina.

Quizá ya estuvieras al tanto de toda la información expuesta, pero nuestro objetivo aquí no es el de ofrecer una guía deportiva o de nutrición, sino que es el de poner de manifiesto los beneficios de mantener este tipo de vida y subrayar el  VERDADERO CAMBIO ANÍMICO que conlleva y el INCREMENTO DE POSIBILIDADES que experimentarás a la hora de tomar las riendas de tu vida y liberarte de todas tus limitaciones. Por lo tanto, a partir de ahora queda en tu mano ampliar esta información mediante canales especializados y sobre todo ponerla en práctica de una vez por todas.

Antes de despedirnos, un consejo: si te cuesta mejorar tu alimentación o aumentar tu actividad deportiva presta atención a los conceptos de los que ya te hemos ido hablando en este mismo blog. Márcate un objetivo definido, atiende y cambia las creencias que te puedan estar limitando, crea hábitos y rutinas, y recréate en los resultados que obtendrás para aumentar tu motivación.

El próximo día continuaremos hablando sobre los ritmos circadianos y por supuesto dedicaremos un apartado muy especial a la respiración.   


Animo y… ENERGÍA! 

Serie TCM: El condicionamiento clásico

                pavlov, el padre del condicionamiento clásico, en su salsa

 Existen estímulos que necesariamente producen un efecto sobre todas las personas ya que tienen un significado concreto para nosotros, el ser humano, como especie. Me explico. Cuando tenemos hambre y  vemos comida, salivamos; cuando se hace de noche, nuestro reloj biológico nos relaja para romper con el estado de vigilia; cuando algo nos da un calambre, retiramos la mano instintivamente; cuando sentimos que nuestra vida peligra, nuestra adrenalina se dispara…


El Condicionamiento Clásico consiste en el siguiente hecho: si se percibe de manera reiterada un estímulo que no tiene ningún significado concreto para nosotros junto con cualquiera de los estímulos anteriormente mencionados (o cualquier otro estímulo que posea un significado intrínseco), el estímulo que previamente carecía de significado, adquiere él mismo que el del otro estímulo con que se presenta (provisto de significado).

Siguiendo con los ejemplos anteriores, si nuestros padres nos hubieran avisado de que la comida está lista en la mesa para comer con un silbato (un silbido es un estímulo que no tiene un significado innato para el humano), al pitido del silbato empezaríamos a generar saliva ante la expectativa de ver comida y, en última instancia, comer.

 De igual manera, si cada vez que se hace de noche ponemos un tipo de música concreta antes de irnos a dormir, esta música acabará produciendo un estado de relajación por sí sola.
Ahora imaginemos que tenemos un ordenador catastróficamente averiado que suelta calambres aleatoriamente, pero no sin antes hacer un breve ruido que dura par de segundos. Este ruido no tiene ningún significado concreto para la raza humana, pero al venir seguido de un calambre, ante la aparición del ruido nuestras manos se elevarán del teclado por acto reflejo, evitándonos sentir el calambre. Por último, si vivimos en la selva y hemos sido testigos del peligro que supone encontrarse con un león, el mero hecho de que lo veamos en frente de nosotros, aunque esté dormido y no suponga un peligro para nuestra integridad física, disparará nuestros niveles de adrenalina y pondremos en marcha una respuesta de eustrés (estrés adaptativo, no dañino).


La conclusión es clara: al presentar un estímulo con significado de manera repetida junto con un estímulo sin significado, acabamos aprendiendo a producir la misma respuesta ante ambos. Si ambos estímulos dejaran de presentarse juntos durante un tiempo, dejaría de producirse esta conexión; a este proceso (opuesto a la adquisición del condicionamiento clásico) lo llamamos extinción. 

Este tipo de asociación estimular guía las decisiones y comportamientos de los humanos y el resto de animales. Familiarizándote con los patrones conductuales más básicos que compartimos los seres vivos, te será más fácil comprender sucesos de la vida cotidiana (como el hecho de que una canción que disfrutas escuchando, si te la pones de alarma para despertarte por las mañanas durante un tiempo razonable, deja de gustarte). Explota este nuevo conocimiento y ten paciencia, dentro de poco te revelaremos las distintas utilidades de este tipo de aprendizaje!

domingo, 11 de agosto de 2013

Hablar en público: ansiedad, creencias y estrategias



Hoy vamos a tratar uno de los miedos más comunes y extendidos en la sociedad: el miedo a hablar en público.
Como no podía ser de otra manera, lo primero que quiero dejar bien claro es que tal y como  sucede con casi todas las habilidades humanas la conducta de hablar en público puede ser mejorada mediante la práctica.
 Cuando nos dirigimos a una multitud y nos convertimos en el centro de atención, es lógico (desde un punto de vista evolutivo) que se desate en nosotros cierta activación e incluso que nos aborden pensamientos y miedos de “no estar a la altura”. Estos pensamientos  vienen avisando a los humanos desde tiempos muy remotos de que nos enfrentamos a una situación de cierta importancia y que por lo tanto debemos prestar mayor atención.
De esto se deriva que cierto grado de ansiedad a la hora de hablar en público es normal y puede ser incluso positivo ayudando a la persona a afrontar la situación. El problema surge cuando esta ansiedad, mediante sus correspondientes síntomas (temblores, tensión muscular, molestias gástricas, dificultad para respirar, sudoración de las manos, aumento de la frecuencia cardiaca, etc.), es tan intensa que nos impide desenvolvernos con soltura o incluso nos incapacita.
Nuestro cuerpo siempre reaccionará ante situaciones de especial relevancia, pero está en nuestra mano indicarle mediante estrategias, entrenamiento  y cambio de creencias que estamos lo suficientemente preparados para abordarlas.
A continuación indagaremos en una serie de consejos muy útiles para desenvolvernos con facilidad a la hora de hablar en público.

1-Previamente a cualquier exposición de cierta importancia un punto fundamental será la preparación de esta. Aquí nos haremos acopio de toda la información que queremos tratar, le daremos un orden y crearemos un guión. Definir bien los objetivos que pretendemos con la exposición será fundamental. El guion ha de ser  claro, conciso, organizado y debe tener en cuenta  a qué público nos dirigimos. Además debe incluir una introducción y una conclusión.
 Será muy importante aprender de memoria ese guión y practicar su exposición hasta que lo podamos decir sin necesidad de hacer muchos esfuerzos por recordarlo. Sería conveniente hacerlo delante de un espejo para trabajar también el lenguaje corporal. El objetivo es conseguir hacerlo con soltura y naturalidad.
Siempre es de mucha utilidad preparar ayudas y presentaciones gráficas, las cuales facilitan tanto la exposición como el entendimiento. Además son ideales para captar la atención de los oyentes.
Tal y como indica uno de los modelos más relevantes en este campo, conocido como modelo SPAM (Situación, propósito, audiencia y método), deberemos también tener en cuenta el método que vamos a utilizar para nuestra charla, es decir, si ésta va a ser: informativa (claridad y precisión), persuasiva (intención por convencer) o de entretenimiento.
Gracias a este trabajo previo empezaremos a tener motivos de peso para sentirnos seguros de cara a la exposición.

2- Instantes previos a la exposición
Es en este momento cuando los nervios comienzan a aparecer y recorrer tu cuerpo con mayor intensidad, lo que probablemente te hace sentir incomodo o incluso te aterroriza. Has de saber que no eres ni mucho menos la única persona a la que esto le sucede sino que más bien todo lo contrario. Uno de los cambios de paradigma más impactantes y beneficiosos que yo personalmente he experimentado respecto a la exposición al público, sucedió cuando descubrí que incluso los más consagrados oradores, actores, cantantes, etc., presentan un cierto grado de nerviosismo antes de enfrentarse a los espectadores, solamente que ellos lo catalogan como una sensación positiva de estar intensamente vivos. Como ya se mencionó en la introducción los nervios probablemente nunca desaparezcan pero sin embargo nuestra opinión sobre ellos si puede cambiar.
Por otra parte, también puede ser eficaz decirnos a nosotros mismos frases positivas del estilo “estoy relajado y preparado para desenvolverme con facilidad”, para sustituir los pensamientos negativos que muchas veces nos invaden. Incluso podemos utilizar visualizaciones como por ejemplo imaginar el  auditorio interesado y satisfecho ante nuestra exposición.
 No obstante, si la ansiedad es muy alta, lo mejor  será practicar  ejercicios de relajación. Puedes utilizar cualquier técnica que conozcas o aprender alguna nueva (aspecto en el que se ahondará en escritos posteriores), pero sin duda un punto muy importante es realizar respiraciones profundas(diafragmáticas) y pausadas.
Si tiendes a ponerte muy nervioso, no trates de repasar tu intervención mentalmente, simplemente haz otra cosa. Gracias a tu trabajo previo ya estas más que preparado. Procura distraerte y mantener tu cabeza ocupada con otras actividades.

3-Algunas pautas importantes durante la exposición:
- Nuestra voz debe ser audible para todos los asistentes. Además al hablar con firmeza ganarás en seguridad.
-Pronunciar y vocalizar bien. Modular acorde a lo que estemos expresando ayudará a que los asistentes permanezcan interesados en lo que se dice proporcionándote un feedback positivo.
-Tomate unos segundos para respirar cada vez que lo necesites. Nuestros profesores nos enseñaron que no se debe respirar hasta que la oración llegue al punto, pero esto no debe ser necesariamente así. Cuando estamos exponiendo nos podemos beneficiar de lo que se conoce como " la licencia del orador". Podrás hacer una pausa en casi cualquier momento de la frase sin que esta pierda sentido si utilizas la entonación adecuada.
-Se tal y como eres. La naturalidad (siempre respetando las normas propias de cada situación) será tu mayor aliado. Cada persona tiene su estilo propio con el que se siente cómodo. No trates de imitar a nadie, simplemente exprésate con sencillez.

 *Creencias incapacitantes y creencias poderosas.
Por último añadiré una serie de creencias negativas que suelen ir acompañadas del temor a hablar en público. En los primeros casos explicaré porque son creencias erróneas, seguro que no te costará descubrir porque lo son también el resto de ellas. Observa si habita en ti alguna y trabaja para cambiarlas por creencias más reales y favorables.
 1-Lo voy a hacer mal y los demás se reirán de mí àEn este caso estás anticipando consecuencias negativas o lo que es lo mismo: ¡le estas pidiendo a tu cerebro (sin darte cuenta) que cree tales situaciones!
2-Nunca sabré hacerlo, no soy capaz de hablar. Otros valen pero yo no he nacido con esas cualidadesà Esto es totalmente  falso ya que tal y como se expuso en la introducción, la conducta de hablar en público (como casi todo) se mejora con la práctica.
3-Lo hago todo mal, mejor será quedarme callado y no participar, porque si meto la pata con algo me van a valorar muy negativamenteàEn este caso estarías dando un valor absoluto a tus fracasos. En realidad nadie le da tanta importancia a tus pequeños errores como tú mismo. No seas tan duro contigo, ya que en este caso, relajarte es el mejor método para permitirte mejorar.
4-Me estoy poniendo nervioso y los demás se van a dar cuenta. Seguro que están pensando que me tiembla mucho la voz. Obsesión por las reacciones fisiológicas.
5-Recuerdo la primera vez que hablé lo mal que lo pasé. Seguro que va a ser siempre así. Generalización.
6-No llegaré nunca a hablar como fulanito, yo no tengo su habilidad. Comparaciones dañinas.
7-Si fuese diferente a como soy, seguro que lo haría mejor.
8-Mis padres siempre han considerado que no expreso con claridad mis ideas. Etiquetas sociales

Serie Técnicas de Modificación de Conducta: La ciencia del cambio




Hasta ahora, hemos tratado muchos de los cambios que te pueden ayudar a llevar una vida más equilibrada, plena y feliz. Hemos visto la importancia de las creencias, de los hábitos, la motivación… sin embargo, ha llegado la hora de hacerse con las técnicas necesarias para llevar los cambios a la práctica.  Para ello, la herramienta que vamos a ofrecer son las técnicas de modificación de conducta.
La Modificación de Conducta es la rama especializada de la Psicología que aplica los hallazgos científicos que se derivan de ésta y otras disciplinas afines, para explicar, modificar o prevenir el comportamiento humano. De esta manera, podemos verlas cómo un conjunto de aproximadamente 200 técnicas (obviamente, solo vamos a ver las más importantes) que nos permiten modelar nuestra propia conducta (y con la preparación necesaria, la ajena) en pos de un mayor bienestar.

Todas las técnicas existentes hoy en día sobre modificación de conducta se engloban en 5 modelos básicos. El primer modelo se fundamenta en el Condicionamiento Clásico, el segundo en el Condicionamiento Operante, el tercero se deriva del Aprendizaje Social, el cuarto se basa en el cognitivismo y el último, en los principios cognitivo-conductuales.


Para explicar cada uno de ellos brevemente, vamos a estudiar su funcionamiento en un caso de anorexia. Imaginemos un chico adolescente que asocia el no comer con ser atractivo (condicionamiento clásico). Esta asociación puede hacerse fácilmente desde el momento en que si no comes es imposible que engordes y nuestra sociedad tiene la delgadez como referente de belleza. Además, el sujeto sabe que hay un montón de modelos famosos y famosas que en algún momento de sus vida han tenido que dejar de comer para estar donde están (aprendizaje vicario o social), aunque haya algunos que hayan muerto por el camino. Entonces este individuo deja de comer casi por completo para verse a sí mismo como siempre ha deseado. Cuanto menos come, más delgado está, con lo cual decide seguir adelante con un plan que parece tener éxito y que le aproxima progresivamente a su ideal de delgadez extrema (condicionamiento operante). Esta persona tiene todos los boletos para ser anoréxica a estas alturas del proceso. 

Sin embargo, se puede observar que, a pesar de que abunda la gente que es consciente de que si deja de comer se verá mejor, no todos lo hacen. Esto puede ser porque el sujeto que hemos analizado otorga una excesiva importancia a la imagen que proyecta a los demás, mucho mayor que cualquiera de nosotros. Cada persona da forma a su realidad a partir de su propia experiencia y, en su interpretación del mundo, la apariencia es algo vital (cognitivismo). Si nuestra función fuera acabar con la anorexia de esta persona, lo más recomendable sería ayudarle a reestructurar su pensamiento de manera que no confiriera tanta importancia a la imagen y se dedicara a fortalecer otras dimensiones de su persona. Tendríamos que conseguir que el comer volviera a ser algo con lo que la persona puede disfrutar sin sentirse culpable (modelo cognitivo-conductual: cambiar tanto cogniciones como conductas). 

Es necesario comprender en qué consiste cada uno de los 5 modelos para poder entender las técnicas que periódicamente iremos subiendo al blog, con lo que serán desarrollados más detenidamente en futuras entradas. Estas herramientas pueden marcar un antes y un después en tu vida, así que no dejes que te disuadan los contenidos teóricos que a continuación te expongo, pues son sencillos de entender y te permitirán comprender el funcionamiento básico de cada uno de los 5 grupos de técnicas que te ayudarán a dar los cambios que necesitas en tu vida.

El temor a la muerte


La vida acaba en muerte. Es innegable. Todo lo que eres y todo lo que representas desaparecerá algún día contigo. Para muchos esto puede ser algo triste, pero es un hecho inevitable que es mejor aceptar cuanto antes, ya que forma parte del proceso vital. Puede ser todo lo traumático que tú quieras o, por el contrario, algo que incentive tu ansia de vivir. Piénsalo, si aceptas el hecho de que algún día dejarás de estar vivo entenderás la necesidad de empezar a VIVIR de verdad y abandonar el estado de estupor en que todos nos hemos encontrado en algún momento de nuestras vidas.

Si no te gusta un aspecto de tu vida, cámbialo. Si te interesa algo, explóralo. Si tienes algún proyecto, empréndelo. Si no tienes ninguno, ya va siendo hora de que definas tus metas. La vida está para vivirla. Enfócalo de este modo ¿Cuándo estés en tu lecho de muerte, que echarás de menos haber hecho? ¿Crees que te vas a arrepentir de no haber pasado más horas viendo la tele? ¿O trabajando? Es más que improbable.

Empieza a introducir pequeños retos en tu vida hasta convertirla en aquello que deseas vivir, lejos de las presiones sociales, lejos de la vergüenza, lejos del miedo a la frustración… Al fin y al cabo, vas a morir ¿Qué importa todo lo demás? Empieza a escucharte a ti mismo y a abandonar tus temores, todos son minúsculos al lado del gran punto final de nuestra vida; todos carecen de sentido alguno.

¿Qué harías con tu vida si no tuvieras opción de fallar? Esa es tu meta. Empieza a vivir en consonancia contigo mismo y despréndete de cada uno de los sentimientos negativos que se han podido generar en tu persona. No eres lo que los demás quieren que seas, eres lo qué tú quieres ser. Recuerda que ésta es tu vida y tú dibujas tu camino, nadie debería hacerlo por ti.

No confundas esto, sin embargo, con la obligación de tener que hacer esta carrera en solitario. La vida no es una competición, por mucho que el capitalismo trate de demostrar lo contrario. Has coincidido en el espacio y en el tiempo con multitud de personas que encaran, con la misma inexperiencia que tú, su proceso vital. Nútrete de las personas que te rodean y aprende de cada una de ellas, ya que no hay nada más enriquecedor que una nueva perspectiva de un asunto que acostumbras a mirar de una manera concreta. Enriquece tu mundo, encuentra apoyo, asóciate hacia metas conjuntas y, en general, expande tus horizontes gracias a tu círculo de relaciones.

Ahora te toca empezar a vivir, pues no hay muerte más absurda que aquella que se da en vida. Entiende que eres el protagonista de tu proceso vital y que éste es el cargo más ambicioso al que se puede aspirar.


  

domingo, 4 de agosto de 2013

Re-etiquetado: People are strange (?)


La gente es extraña, cuando tu eres un extraño.

De esta manera da comienzo la  canción “People are strange” del grupo The Doors, la cuál  versa sobre aquellos momentos en los cuales nos sentimos extraños en el mundo.
¿Quién no ha atravesado una época en la que la gente le parecía extraña, no entendía su forma de actuar o simplemente se sentía incapaz de conectar con ellos?

En este punto me gustaría recordar uno de los grandes pretextos sobre el que gira este blog (seguramente no será la primera ni  la última vez que lo leas por aquí) que es el siguiente: El mapa no es el territorio ya que eres tú el que crea tu propia realidad. ¡Grábatelo bien! Y es que muy probablemente te hayas dado cuenta a lo largo de tu vida que tal y como dice la canción las circunstancias cambian cuando eres tu el que cambia, haciéndolo tanto tu actitud hacia los demás como la lectura que realizas tú de la actitud de los otros.

En escritos posteriores hablaremos sobre como entrar en estados anímicos poderosos y favorables para las diferentes situaciones de la vida. Por el momento me gustaría realizar contigo un ejercicio de RE-ETIQUETADO que nos permitirá cambiar nuestra forma de ver a las otras personas para poder mejorar nuestra relación con ellos.

Sin más dilación vamos a comenzar entonces con el ejercicio. Te voy a pedir que imagines una persona con la que te sea difícil entenderte, por ejemplo, por que pierde los nervios al hablar contigo. Debes ponerle la etiqueta que esta persona te inspire. Un ejemplo común sería bruja inestable.  A continuación debes abstenerte por unos instantes de hacer ningún tipo de interpretación y recordar una situación desagradable recientemente vivida con la persona. Describe y apunta en un papel sus comportamientos observables, es decir, lo que puedes percibir a través de tus sentidos (me corta cuando hablo, grita, le echa la culpa a alguien…). Recuerda, por el momento, NO intérpretes, solo describe. Una vez tengas elaborada la lista de lo que hace, dice, etc. debes proceder a leerla y ahora sí interpretarla para responder a la siguiente pregunta: ¿Qué cosa buena está buscando para sí misma esta persona cuando hace todo esto? ¿Quizá defenderse? Seguramente, de esta manera, desde los datos objetivos de su comportamiento y a través de su punto de vista descubrirás que le corresponde una etiqueta bien diferente a la que en principio le pusiste. En este ejemplo la etiquete nueva podría corresponderse mejor con persona asustada. Habremos cambiado así la etiqueta que determinaba la forma de ver que teníamos a esa persona

Es cierto que el comportamiento de una persona puede hacernos mucho daño y hacer que nos pongamos a la defensiva quitándonos todo deseo o intención de ponernos en su lugar, pero darnos cuenta de sus verdaderas intenciones, en las que subyace ese comportamiento nos ayudará a ver su lado más humano, entender su postura y guardar la calma para poder llegar a un entendimiento.

Desde aquí te lanzo el siguiente reto: trata de analizar en frío las verdaderas intenciones que puede tener la otra persona. Básate para ello en sus comportamientos objetivos y trata de hacerte consciente de que esos comportamiento están basados en unas intenciones que no han de corresponderse con las consecuencias que obtiene.


Quizá el comprender a la persona no sea suficiente para que se produzca un acercamiento a ella, pero el simple hecho de adquirir nuevas perspectivas te permitirá desenvolverte con mayor éxito. El no ser reactivo te permitirá tomar el mando de la situación desde la calma y el re-etiquetado ampliará tu perspectiva. Una vez más serás tú el que está creando tu realidad.