La vida
acaba en muerte. Es innegable. Todo lo que eres y todo lo que representas
desaparecerá algún día contigo. Para muchos esto puede ser algo triste, pero es
un hecho inevitable que es mejor aceptar cuanto antes, ya que forma parte del
proceso vital. Puede ser todo lo traumático que tú quieras o, por el contrario,
algo que incentive tu ansia de vivir. Piénsalo, si aceptas el hecho de que
algún día dejarás de estar vivo entenderás la necesidad de empezar a VIVIR de
verdad y abandonar el estado de estupor en que todos nos hemos encontrado en
algún momento de nuestras vidas.
Si no
te gusta un aspecto de tu vida, cámbialo. Si te interesa algo, explóralo. Si
tienes algún proyecto, empréndelo. Si no tienes ninguno, ya va siendo hora de
que definas tus metas. La vida está para vivirla. Enfócalo de este modo ¿Cuándo
estés en tu lecho de muerte, que echarás de menos haber hecho? ¿Crees que te
vas a arrepentir de no haber pasado más horas viendo la tele? ¿O trabajando? Es
más que improbable.
Empieza
a introducir pequeños retos en tu vida hasta convertirla en aquello que deseas
vivir, lejos de las presiones sociales, lejos de la vergüenza, lejos del miedo
a la frustración… Al fin y al cabo, vas a morir ¿Qué importa todo lo demás?
Empieza a escucharte a ti mismo y a abandonar tus temores, todos son minúsculos
al lado del gran punto final de nuestra vida; todos carecen de sentido alguno.
¿Qué
harías con tu vida si no tuvieras opción de fallar? Esa es tu meta. Empieza a
vivir en consonancia contigo mismo y despréndete de cada uno de los
sentimientos negativos que se han podido generar en tu persona. No eres lo que
los demás quieren que seas, eres lo qué tú quieres ser. Recuerda que ésta es tu
vida y tú dibujas tu camino, nadie debería hacerlo por ti.
No
confundas esto, sin embargo, con la obligación de tener que hacer esta carrera
en solitario. La vida no es una competición, por mucho que el capitalismo trate
de demostrar lo contrario. Has coincidido en el espacio y en el tiempo con
multitud de personas que encaran, con la misma inexperiencia que tú, su proceso
vital. Nútrete de las personas que te rodean y aprende de cada una de ellas,
ya que no hay nada más enriquecedor que una nueva perspectiva de un asunto que
acostumbras a mirar de una manera concreta. Enriquece tu mundo, encuentra
apoyo, asóciate hacia metas conjuntas y, en general, expande tus horizontes
gracias a tu círculo de relaciones.
Ahora
te toca empezar a vivir, pues no hay muerte más absurda que aquella que se da
en vida. Entiende que eres el protagonista de tu proceso vital y que éste es el
cargo más ambicioso al que se puede aspirar.
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