La gente es extraña, cuando tu eres un extraño.
De esta manera da comienzo la canción “People are strange” del grupo The Doors, la cuál versa sobre aquellos momentos en los cuales nos sentimos extraños en el mundo.
¿Quién no ha atravesado una época en la que la gente le
parecía extraña, no entendía su forma de actuar o simplemente se sentía incapaz
de conectar con ellos?
En este punto me gustaría recordar uno de los grandes pretextos
sobre el que gira este blog (seguramente no será la primera ni la última vez que lo leas por aquí) que es
el siguiente: El mapa no es el territorio ya que eres tú el que crea tu propia
realidad. ¡Grábatelo bien! Y es que muy probablemente te hayas dado cuenta a lo
largo de tu vida que tal y como dice la canción las circunstancias cambian
cuando eres tu el que cambia, haciéndolo tanto tu actitud hacia los demás como
la lectura que realizas tú de la actitud de los otros.
En escritos posteriores hablaremos sobre como entrar en
estados anímicos poderosos y favorables para las diferentes situaciones de la
vida. Por el momento me gustaría realizar contigo un ejercicio de RE-ETIQUETADO
que nos permitirá cambiar nuestra forma de ver a las otras personas para poder
mejorar nuestra relación con ellos.
Sin más dilación vamos a comenzar entonces con el ejercicio.
Te voy a pedir que imagines una persona con la que te sea difícil entenderte,
por ejemplo, por que pierde los nervios al hablar contigo. Debes ponerle la etiqueta
que esta persona te inspire. Un ejemplo común sería bruja inestable. A continuación debes abstenerte por unos
instantes de hacer ningún tipo de interpretación y recordar una situación
desagradable recientemente vivida con la persona. Describe y apunta en un papel
sus comportamientos observables, es decir, lo que puedes percibir a través de
tus sentidos (me corta cuando hablo, grita, le echa la culpa a alguien…).
Recuerda, por el momento, NO intérpretes, solo describe. Una vez tengas elaborada
la lista de lo que hace, dice, etc. debes proceder a leerla y ahora sí
interpretarla para responder a la siguiente pregunta: ¿Qué cosa buena está
buscando para sí misma esta persona cuando hace todo esto? ¿Quizá defenderse? Seguramente, de esta
manera, desde los datos objetivos de su comportamiento y a través de su punto
de vista descubrirás que le corresponde una etiqueta bien diferente a la que en
principio le pusiste. En este ejemplo la etiquete nueva podría corresponderse mejor con persona asustada. Habremos cambiado así la etiqueta que determinaba la forma de ver que teníamos a esa persona
Es cierto que el comportamiento de una persona puede
hacernos mucho daño y hacer que nos pongamos a la defensiva quitándonos todo
deseo o intención de ponernos en su lugar, pero darnos cuenta de sus verdaderas
intenciones, en las que subyace ese comportamiento nos ayudará a ver su lado
más humano, entender su postura y guardar la calma para poder llegar a un
entendimiento.
Desde aquí te lanzo el siguiente reto: trata de analizar en
frío las verdaderas intenciones que puede tener la otra persona. Básate para ello
en sus comportamientos objetivos y trata de hacerte consciente de que esos
comportamiento están basados en unas intenciones que no han de corresponderse
con las consecuencias que obtiene.
Quizá el comprender a la persona no sea suficiente para que
se produzca un acercamiento a ella, pero el simple hecho de adquirir nuevas
perspectivas te permitirá desenvolverte con mayor éxito. El no ser reactivo te
permitirá tomar el mando de la situación desde la calma y el re-etiquetado
ampliará tu perspectiva. Una vez más serás tú el que está creando tu realidad.
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